Testimonio del FLTA Braulio Paz, teaching assistant en Amherst College
Desde que empecé a estudiar inglés supe que mis puertas se abrían, pero nunca pensé que ese día llegaría y, menos aún, la relevancia que tendría en mi crecimiento como docente, pero todavía más como persona.
Gracias a Fulbright pude cumplir una de mis metas: sumergirme en una cultura totalmente diferente a la mía, en la cual podía aplicar los conocimientos en los que había estado trabajando tantos años. ¿Quién iba a decir que iba a terminar enseñando español en una universidad de Estados Unidos? No se me habría ocurrido jamás. El desafío se hacía más grande a medida que iba aprendiendo cuál sería mi función en dicha universidad. No solo iría a enseñar español, sino también a representar y enseñar sobre mi cultura. El mate, el acento, la jerga, la música y las milanesas fueron bienvenidas en Massachusetts. La alegría de poder compartir un mate con estudiantes de otras culturas, de verlos moverse al ritmo de música uruguaya, o de enseñarles la receta de cómo preparar una milanesa y que lo hagan con tanta pasión es algo indescriptible.
Tener la oportunidad de conocer a gente de otras culturas que van a Estados Unidos también a enseñar, planificar viajes juntos, compartir un cuarto de hotel para ahorrar y poder seguir viajando fue también algo muy relevante en esta experiencia. Fulbright me permitió hacer amigos, hacer planes juntos y tener pendiente un reencuentro en nuestros respectivos países. A muchos no les pude decir adiós, porque el virus imposibilitó nuestro reencuentro dentro de Estados Unidos y seguir con nuestras aventuras en equipo.
En la universidad donde trabajaba como asistente de español, Amherst College, también tuve la oportunidad de estudiar. Aprendí muchísimo y también conocí gente que fue muy importante en esta experiencia. Siempre tuve en cuenta que el nivel de exigencia sería mayor, así que iba preparado para ese desafío. Además, tuvimos una orientación previa al programa en Montevideo y otra en Arkansas, en las cuales se nos explicó qué debíamos hacer y cómo desempeñarnos en esta nueva cultura.
A causa del virus y todo lo que eso conlleva, tuve que volver unas semanas antes de lo previsto y terminar mis cursos como estudiante de forma remota acá en Uruguay. El apoyo de Comisión Fulbright Uruguay siempre estuvo presente. Siempre estuvieron ahí para guiarme y ayudarme con cualquier inconveniente en ese estresante y largo regreso. Fulbright Uruguay siempre respondió con rapidez y brindó soluciones a los problemas que iban surgiendo. Me siento muy agradecido por haber vivido esta experiencia y más aún de la mano de gente tan profesional y responsable.
Es una oportunidad que recomiendo a todo el mundo. Se hacen amistades, se mejoran las habilidades de docencia y se aprende, se aprende mucho. Todo este aprendizaje será transmitido de la mejor manera posible hacia mis estudiantes y también hacia mis colegas. Compartiré todo lo vivido como asistente de lenguas y sin duda seguiré conectado con todos mis amigos que, gracias a Fulbright, hoy son parte de una de las mejores experiencias de mi vida.