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Orígenes

Los primeros intercambios tuvieron lugar en el año 1948, cuando 35 estudiantes y un profesor viajaron a los Estados Unidos y 65 estadounidenses viajaron al extranjero. En la actualidad, casi un cuarto de millón de personas de 150 naciones y cada disciplina imaginable se han beneficiado de una «experiencia Fulbright». Estos individuos han contribuido en grande o pequeña medida, directa o indirectamente, a la reconciliación de las tensiones políticas en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Sus logros son testimonio de la importancia de la diseminación del conocimiento y del intercambio de ideas en la solución de los problemas humanos.

El mundo ha cambiado en los últimos 50 años. Se ha achicado a medida que la propulsión a chorro, los satélites y los vínculos por computadora han facilitado los viajes y han tornado las comunicaciones instantáneas.

No obstante, la inmersión en la cultura de otro país, viviendo en uno de sus pueblos o ciudades, caminando por sus calles, comprando en sus mercados, tomando café y hablando con alguien que creció allí, no se puede reemplazar con la pantalla de una computadora.

El intercambio de información de un lado a otro del mundo puede ocurrir en un parpadeo a través de los cables de fibra óptica, pero el intercambio de verdadera comprensión sobre las fuerzas de nuestra propia época – políticas sociales, económicas y culturales – todavía requiere tiempo y la presencia física de dos personas con mentes inquisitivas y corazones abiertos, la participación activa y dedicada de actores humanos para quienes lo que importa, en última instancia, son las ideas, no solamente los datos.